Nacemos por amor, pero se nos educa a través del miedo.
Al miedo le gusta la queja, no le gusta el silencio, al miedo no le gusta escuchar.
Al miedo le gusta hablar de los demás y tiene envidia del amor verdadero, amor confluente.
Se camufla de amor romántico, lleno de celos, de posesiones al otro, y convirtiéndose en objeto de la persona amada, eso es miedo.
El miedo paraliza, produce enfermedades e impide progreso al individuo.
Sólo a través del silencio y la escucha se puede ver y palpar.
Al amor, le gusta el silencio, la escucha y el no juicio.
Como es lógico no le gusta hablar a las espaldas como el miedo e intenta a través de la comunicación resolver problemas.
Mientras el miedo habla de dificultad de un problema al amor le gustan los retos y habla de oportunidades.
El sentido del humor y la ironía y el saber estar brindan al amor.
El miedo solo tiende a juicios, a veces es prepotente, y está rodeado de miedos y pide ayuda a gritos.
Tampoco acepta la realidad que le viene ...
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